Por: Alicia Sánchez Reyes
Alumna del 5º semestre de la licenciatura en Comunicación para el Desarrollo Social del CEA-UIIA
El palo encebado hizo de las suyas el día 21 de mayo del 2009. Un grupo de chavos de la comunidad de Felipe Ángeles, municipio de San Juan Mazatlán se animaron para subirse al palo encebado.
Sin embargo, nadie sabía lo que realmente estaba ocurriendo, las personas pasaban como si no los veían. Tras varios intentos de subirse individualmente no podían lograrlo. Fue hasta que decidieron unirse en grupo para hacer del evento divertido. La multitud empezó a juntarse para divertirse con el espectáculo.
Se veía una pirámide de humanos en el palo encebado, era asombroso el acto, pues nadie lo había intentado el día anterior. Todos los espectadores gritaban de miedo por el joven que llegó hasta la cúspide del palo encebado.
El esfuerzo se convirtió en un gran premio de especie y de dinero, lo que los animó a subirse y ganarse un monto de $5,000.00 en efectivo. Además de eso prender el encendedor y encender la mecha del cuentón como prueba de triunfo, eso fue lo que más alboroto causó a los espectadores, pues al momento en que el joven encendió la mecha, bajó como si alguien lo estuviera empujando desde arriba hasta el suelo. Lo bueno es que se fue deslizándose sobre el palo y no hubo accidente.
Valió la pena!!! gritaban ellos mismos y todos les aplaudieron.
Sin embargo, nadie sabía lo que realmente estaba ocurriendo, las personas pasaban como si no los veían. Tras varios intentos de subirse individualmente no podían lograrlo. Fue hasta que decidieron unirse en grupo para hacer del evento divertido. La multitud empezó a juntarse para divertirse con el espectáculo.
Se veía una pirámide de humanos en el palo encebado, era asombroso el acto, pues nadie lo había intentado el día anterior. Todos los espectadores gritaban de miedo por el joven que llegó hasta la cúspide del palo encebado.
El esfuerzo se convirtió en un gran premio de especie y de dinero, lo que los animó a subirse y ganarse un monto de $5,000.00 en efectivo. Además de eso prender el encendedor y encender la mecha del cuentón como prueba de triunfo, eso fue lo que más alboroto causó a los espectadores, pues al momento en que el joven encendió la mecha, bajó como si alguien lo estuviera empujando desde arriba hasta el suelo. Lo bueno es que se fue deslizándose sobre el palo y no hubo accidente.
Valió la pena!!! gritaban ellos mismos y todos les aplaudieron.